1. Comen a su hora.
Sé lo que estás pensando; esto es demasiado simple para ser una
estrategia real de crianza. Piénsalo otra vez. ¿Has tenido alguna vez
tanta hambre que tenías ganas de gritar? Así es como se sienten los
niños cuando no les das la merienda o cuando tienen que esperar dos
horas para participar a una cena familiar de lujo.
Comer a intervalos regulares reabastece sus cerebros y sus cuerpos en
crecimiento y mantiene el hambre bajo control. Cuando los niños están
tranquilos y satisfechos, experimentan una mayor felicidad.
2. Tienen buenos hábitos de sueño.
Lo sé, lo sé, algunos niños duermen mejor que otros. Aunque sin duda eso
es verdad, no es excusa para los malos hábitos de sueño. Los niños
tienen que aprender a dormir. Enseñarles depende de nosotros. Cuando
están completamente agotados, se ponen de mal humor. Cuando están bien
descansados y listos para empezar el día con energía, son más felices.
Haz del sueño (y de una hora fija para acostarse) una prioridad.
3. Juegan sin instrucciones.
El juego no estructurado parece ser un arte extinguido estos días. Antes
los niños se encargaban de su propia diversión. Hoy en día los niños
están sobreprogramados, marcados y reverencian los juguetes que juegan
por ellos. Claro, todos esos camiones de basura con sus campanas y
silbatos son bonitos, pero asegúrate de mezclarlos con camiones de
madera y bloques de construcción. Y, por favor, revisa la apretada
agenda y busca algo de tiempo todos los días para que los niños se
dediquen solo a jugar. El juego es bueno para el alma.
4. Se les permite expresar sus emociones.
Los niños gritan cuando están enfadados. Lloran cuando están tristes.
Puede ser que incluso zapateen y corran en círculos cuando no están
seguros de qué sentir. Y a veces, si tienes suerte, lo hacen todo a la
vez en medio del pasillo 9 del supermercado de tu barrio. Déjales. Los
niños necesitan expresar sus emociones. Mientras que los adultos saben
llamar a un amigo para desahogarse cuando las cosas se ponen difíciles,
los niños son un poco más primitivos. Hacerles callar y avergonzarles
públicamente no ayuda. Déjales que se desahoguen a su manera y luego
ofréceles ayuda. Soportar un berrinche público puede resultarte
abrumador en ese momento, pero es mejor que una vida de interiorizar las
emociones negativas, que podrían conducir a problemas alimentarios, de
depresión u otros problemas emocionales de tu hijo.
5. Pueden tomar decisiones.
Los niños tienen muy poco control sobre sus vidas. Constantemente se les
dice a donde ir, qué hacer y qué comer. Un poco de control les da alas
para sentirse feliz. Deja que tus niños elijan su ropa. Permíteles
escoger el menú de la cena una noche por semana. Pregúntales a qué
clases se quieren apuntar. Dales la oportunidad de tomar algunas
decisiones y a cambio les verás sonreír.
6. Se sienten escuchados.
Los niños son intuitivos. Incluso los niños más pequeños se dan cuenta
de cuando sus padres se desconcentran y les responden con el piloto
automático. Cuando los niños sienten que sus padres realmente les
escuchan (desde la mejor carrera de Rayo McQueen hasta lo que han
aprendido en la escuela), se sienten más conectados. Esto aumenta su
confianza en sí mismos y su felicidad en general. Escucha a tus niños
cuando hablan. Es la mejor manera de construir una relación abierta y
honesta con tu hijo y le hace feliz.
¿Sigues conmigo? Porque este último es importante.
7. Sienten un amor incondicional.
Los niños se equivocan. Les dices que no se salta en el sofá una y otra
vez, pero lo hacen igualmente. Y luego lloran. La infancia se basa en
gran medida en el ensayo y error, y algunas veces los niños tienen que
arriesgarse. Perdónales. Quiéreles de todos modos.
Cuando los niños saben que sus padres les quieren y les apoyan sin
importar nada, son más propensos a tomar riesgos saludables. Son
confiados y están seguros de sus decisiones. Aprenden que las personas a
veces cometen errores, pero que siempre hay una oportunidad de
corregirlo.
Texto de Katie Hurley, extraído de la página web: http://www.huffingtonpost.es/katie-hurley/7-secretos-de-ninos-muy-felices_b_3766402.html
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